domingo, 2 de junio de 2013

José María Arguedas.

La obra de Arguedas ha resultado terreno propicio para la reflexión teórica.

Esto no solamente en el ámbito de los estudios literarios o ciencia de

la literatura, sino también en el de las ciencias sociales. Sería por ello muy

oportuno que en este año de su centenario, se culmine por fin la edición de las

obras completas de Arguedas, con la publicación de los tomos correspondientes

a su vasta obra de reflexión. No sólo cada vez son más valorados los trabajos

etnológicos o antropológicos de Arguedas, que evidencian un enfoque de

tipo interpretativo o hermenéutico, a contrapelo del positivismo imperante

por entonces en esas disciplinas.

7 Además, los debates actuales en el campo

de las ciencias sociales peruanas suelen tener a la obra de Arguedas como

un referente ineludible, aunque la deformación profesional de los científicos

sociales (al parecer muy convencidos de su omnisciencia) los suele llevar a desdeñar

o soslayar los aportes producidos desde los estudios literarios, lo que

motiva frecuentes redescubrimientos de la pólvora o lleva a descuidar la especificidad

literaria del corpus arguediano.

8 Es por ello que hasta la actualidad

sigue siendo motivo de reflexión el célebre debate sobre

Todas las sangres, debate

que tanto deprimió a Arguedas;

9 sin embargo, la historia ha confirmado

la hondura y la trascendencia de la visión del mundo andino que él construyó.

Quiero centrarme más bien en el campo de los estudios literarios o ciencia

de la literatura, para evidenciar de qué manera, quizá como la de ningún otro

autor, la obra de Arguedas ha sido un espacio clave para la reflexión teórica e

historiográfica, no sólo en el ámbito peruano, sino en el latinoamericano.

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