domingo, 2 de junio de 2013

José María Arguedas

En su poesía, se enfrenta también Arguedas a otra dimensión clave de la

modernidad: el conocimiento, la ciencia, la filosofía, el pensamiento. El caso

más conocido es el del célebre poema “Huk doctorkunaman qayay”. Este llamado

a algunos doctores en modo alguno implica refugiarse en la “diferencia”

andina, sino por el contrario, formular una convocatoria, casi un enérgico

emplazamiento, al diálogo intercultural. La misma estrategia discursiva puede

apreciarse en un poema no incluido en

 

Katatay,14 dedicado a otro de esos “doctores

dialogantes”, Francisco Miró Quesada Cantuarias.

Incluso en un ámbito distinto, el de la religiosidad, no se refugió Arguedas

en una cosmovisión andina supuestamente incontaminada, sino que asumió

decididamente el diálogo intelectual con uno de los esfuerzos más serios de

renovación del pensamiento católico, la teología de la liberación que elaboró

Gustavo Gutiérrez.

En el campo del arte, su actitud es similar. En el poema “Iman Guayasamin”

expresa su admiración por el pintor ecuatoriano, que supo combinar en su

producción plástica la herencia andina con los más innovadores experimentos

formales de la vanguardia. Es ese mismo criterio el que motiva su profunda

admiración por César Vallejo, nuestro poeta nacional y universal, cuya obra, nutrida

por sus raíces andinas, incursiona en formas de experimentación poética

cuya audacia tiene pocos paralelos en la literatura mundial; así cobra todo su

sentido la contundente frase de Arguedas en

 

El zorro de arriba y el zorro de abajo:

“Vallejo es el principio y el fin”. En los diarios incluidos en esa misma novela

póstuma, valora desde similar perspectiva la obra de admirados escritores (y

amigos). Se trata de algunos de los que Ángel Rama llamará “narradores de la

transculturación”: un Juan Rulfo o un Joao Guimaraes Rosa, cuyas obras surgen

desde las trastierras mexicanas o desde el sertón brasileño, recurriendo a las

técnicas de avanzada de una nueva narrativa latinoamericana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario